El partido del pasado 12 de diciembre fue un partido muy especial. Nuestro capitán Josep Raya, comúnmente conocido como Parets, cumplía su 150 partido jugado luciendo nuestros colores en División de Honor B.
¿Todavía no conoces a Parets?
Nuestro pilar nació en Mollet en septiembre del 87. Des de los 13 años empezó a jugar a hándbol, deporte en el que según nos cuenta no destacaba por su coordinación. No fue hasta la universidad que conoció el rugby, gracias a la UB, con la que ganaron un campeonato de España. En la UB conoció a varios jugadores del Sant Cugat, los cuales le convencieron para que se uniese al club.
Desde los inicios Parets ha estado muy implicado con el club. Durante muchos años estuvo entrenando a nuestro senior femenino, cuando apenas eran 12 jugadoras, y fue uno de los que ayudó a las chicas a llegar a donde están ahora.
¿Qué recuerdas de tu primer partido en DHB?
Bueno… en este aspecto mi debut en DHB fue un poco peculiar. Yo jugaba en el equipo que consiguió el ascenso de nacional, pero justo mientras celebrábamos que habíamos ascendido le conté al entrenador, Jordi Justicia, que al año siguiente me iba de Erasmus y que no podría jugar. El detalle es que mientras estaba fuera jugaba algo pero nada serio y cuando volví por Navidad… pues me hice la ficha para jugar los cuatro partidos que encajaban por fechas, jugué el primero con el B y el mismo día Montme (Jordi Segura) se rompió tibia y peroné. Así que a la semana siguiente estaba jugando contra el Barça en la Teixonera, habiendo perdido como 20 kilos respecto al año anterior y siendo atropellado por el ritmo del juego.
¿Qué le dirías a las próximas generaciones que suban al primer equipo?
En la vida se gana y se pierde, hay que hacer las cosas porque se aman, no solo por que generan una victoria, un trofeo, una medalla. Esta locura la digo porque muchos jugadores de las categorías inferiores viven en una fantasía de rugby, que no se corresponde con el rugby de senior. Están acostumbrados a ganar y a hacerlo con facilidad. Cuando llegan y se encuentran con nuestra realidad hay algunos que se rinden y lo dejan y algunos que toman el reto. Con esto me refiero tanto a resultados de equipo como al hecho de ser suplentes y tener que ganarse el sitio en un equipo, cuando llevan 10 años siendo titulares en categorías inferiores. Con esfuerzo y trabajo duro al final se obtienen recompensas.
¿Cuándo te diste cuenta qué el rugby y en especial el Sancu, debía formar parte de tu vida?
Como en todas las historias de viejo, diré que estas cosas no son decisiones ni actos de los que uno es plenamente consciente. Como si no formase parte de mi propia vida, yo sencillamente he ido haciendo, nunca ha habido un momento rompedor, es solo que hay un lugar en el que pasas la mayor parte del tiempo y donde quieres que las cosas vayan siempre bien.
¿Cómo crees que ha evolucionado el rugby desde tu inicio hasta ahora para ti?
Lo primero que debe quedar claro es que yo empecé a jugar a esto con 19 años, es decir solo hace 14 años. De todos modos, yo veo algunos cambios, todos orientados a la seguridad, a quitar el hooliganismo y a hacer el juego más vistoso.
Para mí, por suerte el rugby no ha cambiado tanto, ha cambiado la vida, antes podía dedicarme a entrenar dos horas cada día, además de los entrenos en el campo. En este momento, cumplo con los entrenos en el campo y si tengo suerte puedo añadir algo más, para poder aportar y disfrutar, pero ni de lejos es todo lo que me gustaría.
¿Qué significa el Sant Cugat para ti?
Dejando de lado toda la vertiente deportiva, es un lugar de amistad, donde he conocido gente genial a los que, a sabiendas que nadie de mi familia leerá esto, les tengo en más estima que a mis propios familiares.
Agradecemos a Parets su tiempo dedicado a esta entrevista, y la implicación en nuestro club y desde aquí le deseamos toda la suerte en este gran deporte, el rugby.
Un cop Santcu, sempre Santcu.