En el último partido disputado por el sénior masculino en casa, se aprovechó la ocasión para rendir un primer homenaje a quien fue uno de nuestros fundadores y socio número 1, Ferran de la Roza.

Una hora antes del inicio del encuentro, se reunió toda la familia del club, personas de todas las edades, para hacer entrega de una placa honorífica, en lo que será uno de los primeros pasos para que el campo central de la Guinardera pase a llamarse oficialmente Campo Ferran de la Roza. Una decisión que se aprobó en asamblea y que esta en proceso de presentación al ayuntamiento.

Fue un acto emotivo, en el que se invitó a quienes lo desearan a compartir recuerdos y palabras sobre Peewee. Para aquellos que no lo conocían tanto, fue una oportunidad de acercarse más a su figura. Tras las palabras, su familia presentó un regalo muy especial: su camiseta de juego, enmarcada, que habían traído para el club.

Todos los presentes en el homenaje saltaron al césped artificial y formaron un pasillo para que los familiares de Ferran pudieran atravesarlo con la camiseta en manos. En el centro del campo, se la entregaron al Presidente y al Capitán del primer equipo. Regalo que dio comienzo al minuto de silencio, con todo el club reunido dentro del terreno de juego. Después de ello, comenzó el partido.

El juego del Club de Rugby Sant Cugat no pudo ser mejor. Nuestros jugadores, sabiendo que no era un partido cualquiera, lo dieron todo para conseguir la victoria y sumar los primeros puntos en casa en los últimos tres meses.
Al final, una imagen para el recuerdo: antes de entonar el grito de cierre, los jugadores del primer equipo alzaron la camiseta de Peewee. Un gesto cargado de respeto y reconocimiento, símbolo de que nada de esto habría sido posible sin él.

Gracias, Peewee.